EL ARTE DEL CRAFT
Posted by Mariana Scaravilli on Oct 8, 2017

 

Practicar es el proceso de unir el mundo de la cualidad y el mundo de la existencia, de mezclar el mundo del silencio y el mundo del sonido. En este sentido, practicar es una forma de transformación.

Practicar es también lo que hacemos, cómo lo hacemos, y por qué lo hacemos. En realidad, lo que hacemos es inseparable de cómo y por qué hacemos lo que hacemos. Por tanto, la transformación del sonido es inseparable de la transformación de uno mismo, un refinamiento de lo que somos. Por ejemplo, atraemos silencio siendo silenciosos. La práctica de un craft es el camino, el practicar los medios. Practicar también es desdichado, aburrido, restrictivo y constrictivo, molesto y algo a evitar. Practicar supone ejercicios, y los ejercicios cansan: la música es real, así que, toquemos música. ¿Por qué practicar?

Generalmente, una práctica comienza con ejercicios, y cierto, los ejercicios no son lo real. Un ejercicio es una situación simulada de la vida real que nos prepara de antemano para lo real. Esto nos da una mejor posibilidad de responder en el momento ante una oportunidad, o una mejor visión de la pérdida de esa oportunidad. Por tanto, los ejercicios se ocupan de la preparación y, al menos en parte, la práctica también lo hace.

Una pregunta razonable es, ¿qué oportunidad? Otra pregunta razonable es, ¿qué es practicar?

Practicar es una actividad ordenada dirigida hacia el servicio de un objetivo. Preguntamos:

  1. ¿Qué estamos practicando?
  2. ¿Por qué estamos practicando esto?
  3. ¿Cómo estamos practicando?
  4. ¿Cuál es nuestra condición presente desde la que comenzamos nuestra práctica?

Practicar es una manera de transformar la calidad de nuestro funcionamiento. Nos movemos desde realizar esfuerzos innecesarios, el empleo de fuerza, hacia hacer esfuerzos necesarios, la dirección del sin-esfuerzo. Aquí la primera máxima es: honrar la necesidad. Hacemos lo que debemos hacer, pero no más. Lo que debemos hacer es a menudo menos de lo que queremos hacer. Hacer lo que queremos hacer toma mucho tiempo y energía. Por tanto, debemos ser cuidadosos al definir nuestro objetivo.

Cuando dejamos de tocar nuestros licks para ponernos a practicar, intercambiamos todo un rango de libertades menores por una libertad mayor. Cuando somos más jóvenes tales libertades menores tienen un arraigo considerable en nosotros, pero según vamos haciéndonos mayores encontramos que esas libertades no son tanto liberación como formas de restricción.

Cuando consideramos nuestro funcionamiento como músicos, lo que hacemos para ser un músico, encontramos que estamos considerando algo más que la simple operación de nuestras manos. El músico posee tres instrumentos de operación: las manos, la cabeza y el corazón, y cada uno tiene su propia disciplina. Por tanto, el músico tiene tres disciplinas: de las manos, de la cabeza y del corazón. En última instancia, estas son una disciplina: disciplina.

Otra pregunta razonable: ¿qué es disciplina? Disciplina, principalmente, es nuestra capacidad de asumir un compromiso en el tiempo. Si somos capaces de tomar un compromiso en el tiempo, de garantizar que vamos a honrar este compromiso sin tener en cuenta la conveniencia, la comodidad, la situación y la inclinación del momento, estamos en el camino de llegar a ser efectivos: un instrumento entrenado, responsivo y confiable al servicio de la música. Una audiencia atenta en presencia de un músico de este calibre será incapaz de oír si es el músico quien toca la música, o la música quien toca al músico.

Entonces, la práctica se ocupa de:

  1. La naturaleza de nuestro funcionamiento: es decir, nuestras manos, cabeza y corazón.
  1. La coordinación de nuestro funcionamiento: es decir nuestras manos con cabeza, nuestras manos con corazón, nuestro corazón con cabeza, en un mundo perfecto, los tres juntos en una rara, improbable, pero posible armonía.
  1. La calidad de nuestro funcionamiento. Por ejemplo, cuando somos incapaces de decir si el músico disciplinado está tocando o siendo tocado por la música, entonces este músico está funcionando creativamente. Cuando el músico está perdiendo el tiempo con un puñado de riffs, entonces el músico está funcionando como un vago perezoso, y no tanto como un músico. El músico, tocando riffs por la necesidad de la situación pero en contacto con esa necesidad, está alerta. El músico, en contacto con la necesidad de la situación pero capacitado para moverse fuera del riff, hábil para responder musicalmente a pesar de las limitaciones, ya posee una medida de disciplina.

El músico perezoso, es un aburrimiento. Probablemente se aburra a sí mismo.
El músico con nivel de craft está alerta.
El músico maestro es disciplinado.
El músico creativo es inseparable de la música.

El aprendiz practica el craft del craft.
El artesano practica el arte del craft.
El maestro practica el craft del arte.
El genio es cándido.

 

 

El Arte Del Craft - II

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